El trabajo

TablaCronológicaMM-webEn sus escasos 50 años de vida Margarita María tuvo un largo recorrido espiritual: su entrada en el Colegio, el despertar de su vocación, su ingreso en la Orden, su profundización en la labor educadora desde una perspectiva cristiana, su proyecto misionero…

Y, paralelamente, una intensa vida activa: profesora del Colegio, Comendadora del Convento, Superiora General del Instituto, escritora, conferenciante…

Afortunadamente era una infatigable trabajadora. En su mesa de trabajo, rodeada de libros muy diversos, lo anotaba todo meticulosamente con una letra menuda: sus reflexiones espirituales, sus proyectos, los programas de sus actividades, todo tipo de observaciones útiles, funcionales…

Este era uno de los signos de identidad de Margarita María: su capacidad de organización –y de gestión–. Cada iniciativa era minuciosamente desmenuzada en todos sus pormenores: objetivos, preparación del personal, apoyos en el destino, financiación inicial, mantenimiento… Nada quedaba en el aire. Esto explica que, a pesar de las dificultades, todas las misiones puestas en marcha desde Berriz lograron salir adelante con éxito.

Hay que destacar también su capacidad propagandística: organizaba “veladas misionales”, pronunciaba conferencias, escribía artículos y libros… De hecho llegó a tener un importante peso dentro del movimiento misional español —un mundo casi exclusivamente de hombres—.

Su entusiasmo contagioso consiguió simpatías y apoyos. Apoyos económicos, pero también de otro tipo. Las autoridades religiosas tenían que aprobar sus a veces atrevidas propuestas (dejar la clausura, ser un Instituto Misionero pero seguir siendo mercedarias…). Y lo consiguió. Margarita María no sólo supo convencer sino que, a juzgar por los testimonios de la época, supo apasionar.

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